Pionera en la lucha por la educación y los derechos de la mujer, Josefa Amar y Borbón desafió los prejuicios de su tiempo al reivindicar la capacidad intelectual femenina y su papel en la esfera pública. En pleno siglo XVIII, denunció la falta de acceso a la instrucción y defendió con firmeza que el talento no tenía género, sino oportunidades por conquistar.
«Ninguno que esté medianamente instruido negará que en todos tiempos y en todos los países ha habido mujeres que han hecho progresos hasta en las ciencias más abstractas. Su historia literaria puede acompañar siempre a la de los hombres porque, cuando estos han florecido en las letras, han tenido compañeras e imitadoras en el otro sexo». Estas palabras, extraídas del Discurso en defensa del talento de las mujeres y de su aptitud para el gobierno, y otros cargos en que se emplean los hombres, reflejan el pensamiento revolucionario de Josefa Amar y Borbón, una de las figuras más destacadas de la Ilustración española.
Esta escritora, nacida en Zaragoza en febrero de 1749, creció en un entorno privilegiado que le permitió acceder a una educación poco común para una mujer de su época. Hija de José Amar y Arguedas, médico de cámara del rey Fernando VI, recibió una formación humanística excepcional. Dominar el latín, el griego y varias lenguas modernas le facilitó su labor como traductora y ensayista, y le abrió las puertas a los círculos intelectuales ilustrados. Desde muy joven, Amar y Borbón entendió que el acceso al conocimiento era clave para la emancipación de la mujer.
Sin barreras que limiten
Se convirtió en una firme defensora de su derecho a la educación y a participar en la esfera pública. Sus ideas, adelantadas a su tiempo, generaron controversia, pero también le valieron el reconocimiento de la Sociedad Económica Aragonesa, donde se convirtió en la primera mujer en ser nombrada socia de mérito. Allí defendió la independencia y dignidad de la mujer a través de la traducción de una de las obras más influyentes de la época, Essays Moral and Literary (1778) de Vicesimus Knox. Además, consolidó su legado con una serie de discursos escritos y pronunciados entre 1786 y 1790: Discurso en defensa del talento de las mujeres (1786), Oración gratulatoria... a la junta de Señoras (1787) y Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres (1790). En este último, sugirió que las mujeres comenzaran por aprender aritmética para llevar el gobierno doméstico. Gracias a afirmaciones como esta, mujeres como Eloísa Valderrama Sánchez, Encarnación Martínez Marina, María Enriqueta Muñoz o Dolores Montaner se animaron a publicar aritméticas en el siglo posterior, algunas de ellas específicamente dirigidas a niñas. A partir de estas acciones, las matemáticas comenzaron a democratizarse, convirtiéndose en la ciencia de enseñanza obligatoria que es a día de hoy.
Amar y Borbón promovió un feminismo basado en la igualdad de capacidades donde el talento y la razón no conocen de género. Para ella, la única diferencia entre hombres y mujeres no radicaba en la naturaleza, sino en la educación que recibían. Si las mujeres no participaban en los mismos ámbitos de la sociedad que los hombres, no era por falta de talento o preparación innata, sino por las barreras impuestas que limitaban su acceso al conocimiento y al ejercicio de sus capacidades.
Una voz contra los prejuicios
Amar y Borbón defendió la capacidad intelectual de la mujer y cuestionó su exclusión de las esferas de poder. En su Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres, planteó la necesidad de un sistema educativo que no limitara a las mujeres al ámbito doméstico, sino que las formara para contribuir activamente a la sociedad: «La curiosidad es muy característica en las mujeres. De este defecto se pudiera sacar mucho partido, y aún convertirlo en provecho, si se encaminase a cosas útiles. Por eso se han señalado las materias a las que podrían aplicarse evitando de este modo aquella curiosidad indiscreta», afirmaba la escritora. Este pensamiento resultaba disruptivo en el siglo XVIII, una época en la que la mujer era considerada incapaz de razonar con la misma profundidad que el hombre. Sin embargo, Amar y Borbón utilizó las propias herramientas de la Ilustración, la razón y el debate, para demostrar lo contrario.
Mujeres que marcan la historia
Cuando, aún hoy, debatimos sobre la brecha de género en la ciencia, la política y la cultura, las palabras de Josefa Amar y Borbón resuenan con fuerza. Su defensa del talento femenino y del acceso igualitario a la educación son hitos en la lucha por los derechos de las mujeres. En fechas como el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, o el 14 de marzo, Día de las Matemáticas, su figura nos recuerda la importancia de seguir fomentando el conocimiento sin barreras de género. Conocer y analizar la contribución de las mujeres en la historia permite a los estudiantes comprender la importancia de la igualdad en la educación y les invita a ser parte del cambio.
Para trasladar las ideas de Josefa Amar y Borbón al aula, proponemos una actividad didáctica que invite a la reflexión sobre la educación y la igualdad de oportunidades:
Desarrollo:
Texto: Rafael Hernández