Con la clausura de la COP29, centrada en financiación, es momento de reflexionar sobre los avances en los objetivos climáticos que se plantearon para enfrentar la crisis ambiental y para evaluar en qué punto nos encontramos.
El cambio climático es una de las mayores amenazas globales de nuestro tiempo. Según los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la temperatura media del planeta ya ha aumentado aproximadamente 1,1 °C desde la época preindustrial. Este calentamiento ha provocado fenómenos extremos como olas de calor más frecuentes, huracanes intensos, sequías y deshielo acelerado en los polos. Además de los efectos sobre el clima, los científicos han encontrado evidencias de este fenómeno en la propia estructura del planeta. Los núcleos de hielo extraídos de Groenlandia, la Antártida y los glaciares de las montañas tropicales muestran que el clima de la Tierra responde a los cambios en los niveles de gases de efecto invernadero. También se han encontrado evidencias en anillos de árboles, sedimentos oceánicos, arrecifes de coral y capas de rocas sedimentarias, que demuestran que el calentamiento actual está ocurriendo aproximadamente 10 veces más rápido que la tasa promedio de calentamiento después de una edad de hielo. Actualmente, los científicos alertan de que la pregunta «¿a cuántos grados estamos?» es crucial, ya que el límite establecido en el Acuerdo de París (1,5 °C de aumento) está cada vez más cerca. Alcanzarlo podría tener consecuencias catastróficas para los ecosistemas y las comunidades humanas. A través de acuerdos internacionales y acciones locales se está trabajando para mitigar los efectos del cambio climático, pero no parece ser suficiente.
La Unión Europea ha sido pionera en la implementación de políticas climáticas. En 2020, se establecieron metas ambiciosas como parte del paquete de políticas climáticas y energéticas, conocido como «20-20-20», cuyo objetivo era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de energías renovables.
Estos logros han sentado las bases para avanzar hacia objetivos más ambiciosos con la vista puesta en 2030.
La pregunta «¿a cuántos grados estamos?» es crucial, ya que estamos cada vez más cerca del límite marcado por los científicos: 1,5 °C de aumento
La Agenda 2030 incluye metas específicas para abordar el cambio climático y fomentar un desarrollo sostenible. A cinco años de que se cumpla el plazo para alcanzar sus objetivos, estas son las principales áreas en las que se está trabajando:
Uno de los principales objetivos para 2030 es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en comparación con los niveles de 1990. Para lograrlo, se están implementando estrategias como:
Otro objetivo clave es mejorar la eficiencia energética en al menos un 32,5%. Esto significa consumir menos energía para realizar las mismas actividades, lo que se logra a través de medidas como:
Para 2030, al menos el 40% de la energía consumida en la UE debe provenir de fuentes renovables como la solar, la eólica y la hidroeléctrica. Esta transición energética es fundamental para reducir la dependencia de combustibles fósiles y frenar el cambio climático. Algunos logros recientes incluyen:
Los logros en la reducción de emisiones, la eficiencia energética y el impulso de las energías renovables muestran que es posible minimizar el avance del cambio climático
Para alcanzar las metas de 2030, la Unión Europea ha desarrollado un marco político integral que guía las acciones de los Estados miembros. Estas son algunas de las estrategias más destacadas:
Este programa establece un plan a largo plazo para proteger el medioambiente, restaurar la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible. Incluye objetivos específicos como reducir los desechos, promover economías verdes y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático.
El modelo de economía circular busca minimizar el desperdicio y maximizar el uso de recursos. Algunas de las acciones que promueve son:
La biodiversidad es esencial para mitigar el cambio climático. Esta estrategia también tiene su fecha límite en 2030, e incluye compromisos clave como recuperar ecosistemas degradados y ricos en carbono, asegurar que al menos el 30% de hábitats y especies en mal estado muestren mejoras, detener la pérdida de polinizadores, y reducir en un 50% el uso de plaguicidas y fertilizantes. También se busca dedicar el 25% de las tierras agrarias a la agricultura ecológica, rehabilitar terrenos contaminados, plantar 3.000 millones de árboles respetando principios ecológicos, y devolver 25.000 kilómetros de ríos a su estado de caudal libre.
La contaminación afecta tanto a la salud humana como al medio ambiente. Este plan se centra en reducir los contaminantes en el aire, el agua y el suelo mediante regulaciones más estrictas, promoción de tecnologías limpias y campañas de concienciación. A cinco años de 2030, se sigue trabajando por minimizar el cambio climático y sus efectos, pero los desafíos persisten. Los logros en la reducción de emisiones, la eficiencia energética y el impulso de las energías renovables muestran que es posible avanzar hacia un futuro más sostenible si se trabaja de manera conjunta. Para trabajar en base a estas hojas de ruta, las necesidades del planeta y las diferentes iniciativas arriba mencionadas deben ser conocidas por todos, incluso por los más pequeños. Para ello, las Naciones Unidas ponen a disposición una serie de recursos didácticos para profundizar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Algunos ejemplos son el club de lectura de los ODS, que, bajo la premisa de que la lectura y el aprendizaje son esenciales para el desarrollo de los niños, cuenta con una lista de obras que muestran la importancia de los ODS, o el juego de mesa Go Goals, que permite conocer y aprender curiosidades sobre estas metas. Asimismo, la NASA cuenta con su propia página web dirigida a niños: Climate Kids. En ella, se pueden encontrar materiales en inglés para explorar temas relacionados con el clima, la atmósfera, el agua, la energía y las plantas y animales, que permitirán a los alumnos conocer más sobre el porqué detrás de los objetivos climáticos. Por su lado, Naturaliza también es una plataforma que ofrece una gran variedad de propuestas didácticas, artículos, entrevistas y perfiles, dirigidos a docentes y alumnado, que tratan temáticas y actividades relacionadas con el cambio climático y el medio ambiente, desde la creación de un huerto escolar hasta imaginar la ciudad ideal. También, en este mes de diciembre se está celebrando en Madrid el Congreso Nacional del Medio Ambiente, CONAMA 2024, un intento más de tratar estos temas en común entre administraciones, organizaciones y entidades privadas. Porque solo a través de la colaboración global, la innovación tecnológica y la concienciación ciudadana, podremos cumplir con los objetivos climáticos y garantizar que el planeta siga siendo habitable y seguro. Texto: Arantza García Ilustración: Nicolás Aznárez