Última hora ambiental

Miriam Leirós, coordinadora de Teachers for future Spain

Miriam Leirós

Miriam Leirós, coordinadora de Teachers for Future Spain, analiza el papel de docentes y alumnado en el camino por construir no solo escuelas más respetuosas con el medio ambiente, sino también un futuro deseable para las presentes (y futuras) generaciones.

En los últimos años, la sostenibilidad parece haber saltado de los márgenes al centro. Incluso, podríamos marcar un punto de inflexión: 2019, con las manifestaciones de Fridays for Future lideradas por Greta Thumberg y replicadas por todo el globo. Toda una revolución puesta en marcha, en muchas ocasiones, por niños y jóvenes que reivindicaba su derecho a vivir un futuro sostenible, en el sentido más literal de la palabra. Pero, detrás de estos movimientos gestados, en muchas ocasiones, en centros escolares, encontramos a los profesores. Ellos tienen realmente la capacidad de transformar el futuro, de educar y de empoderar a los ciudadanos a través del conocimiento científico. Son los Teachers for Future, un movimiento internacional de profesores comprometidos con el desafío climático que trata de concienciar desde las aulas. En España, está integrado por más de dos mil docentes voluntarios que trabajan fuera de su horario laboral, robándole tiempo al descanso, al ocio, incluso a sus familias. Su coordinadora, Miriam Leirós, nos explica las acciones y propósito de la entidad.

El surgimiento de Teachers for Future en España y su colaboración a nivel internacional

Teachers for Future es una entidad implantada en distintos países. ¿Cómo comenzó a gestarse en España? ¿de qué manera se trabaja de forma conjunta a nivel internacional?

Básicamente, Teachers for future Spain empieza cuando aparece el movimiento liderado por Greta Thunberg, pero ya entonces existía en España un pequeño grupo de profesores que estábamos preocupados por todas estas cuestiones y que nos organizábamos en torno a un blog: Guiño verde. Cuando descubrimos Teachers for future en otros países, transformamos el blog a la entidad.

Más que tareas conjuntas, que las hacemos, cuando vienen convocadas a nivel mundial, como la protesta climática de septiembre, nos coordinamos para intercambiar actividades y materiales para que haya un enriquecimiento mutuo. Hay que tener en cuenta que la idiosincrasia de cada país es distinta, por lo que algo que puede funcionar estupendamente en Teachers for future Italy, puede no encajar en España. Además, los calendarios escolares difieren, por lo que muchas veces no es viable hacer actividades sincrónicas. Pero sí hay un gran aprendizaje mutuo e intercambio de información

El papel de las escuelas en la crisis medioambiental

¿De qué manera las escuelas pueden ser parte de la solución ante el problema de la crisis medioambiental?

Pueden ser parte, lo has dicho muy bien, no nos gusta focalizar todo el peso en las escuelas, como si las escuelas o el alumnado o la juventud tuvieran la responsabilidad de solucionar la crisis climática. Pueden ser parte en tanto en cuanto es necesario otro tipo de educación en la que la ciudadanía sea consciente, de manera plena, del alcance de la crisis ambiental, porque necesitamos vivir de otra manera, necesitamos cambiar los hábitos de consumo y no podemos esperar. La futura ciudadanía que tenemos ahora en las aulas se incorporará a la ciudadanía activa a través de los conocimientos, los hábitos y la forma de vida que han aprendido desde la infancia. Porque, si esperamos a formarles en la vida adulta, iríamos tan tarde como hemos hecho siempre.

Necesitamos vivir de otra manera, cambiar los hábitos de consumo: no podemos esperar

La importancia del profesorado en la concienciación climática de los alumnos

¿Qué papel cumple el profesorado en la concienciación climática de los alumnos?

Efectivamente, el profesorado es clave, pero hay que tener en cuenta que hay una ley educativa que nos da unas directrices de cómo tenemos que educar en este aspecto. La ley está muy bien, pero es insuficiente. Sólo se aborda en dos materias durante toda la etapa obligatoria. Además, hace falta una formación específica para el profesorado, no basta solo con concienciarlo. Si no, corremos el riesgo de caer en un greenwashing educativo, en transmitir tres o cuatro consignas creyendo que eso basta y no, no basta, es insuficiente.

El Impacto del Currículum Ecosocial en la educación actual

Una de sus grandes apuestas fue la propuesta de Currículum Ecosocial que presentaron al Ministerio de Educación, durante el curso 21/22. ¿Han notado ya los frutos?

El Currículum Ecosocial lo presentamos con contenidos desde todas las áreas y con la perspectiva de la transversalidad, porque la crisis climática, la falta recursos o el agotamiento de materias primas no pueden ser temas aislados: van unidos a muchas cuestiones, desde los hábitos alimenticios hasta el tipo de ropa que se compra y se usa a diario. Por eso ha de ser una cuestión transversal. El Ministerio, cuando aprobó la LOMLOE, la ley educativa actual, recogió algunos de los conceptos que propusimos: «ecosocial», «límites planetarios»… Pero no es todo lo ambiciosa que debería ser para responder a las indicaciones de los científicos; no hay que olvidar que ese 1,5 grados de más ya lo hemos rebasado en algunos momentos, incluso en los océanos, con el peligro que eso conlleva. El alumnado tiene mucho que hacer, pero no podemos esperar a que se convierta en ciudadanía activa, no podemos esperar que los alumnos de primaria o secundaria reclamen esos cambios. Han de ser inmediatos.

Acciones climáticas en entornos escolares

Residuos cero, eco-comedores, cole-caminos… De entre las distintas acciones climáticas que realizan en entornos escolares, ¿cuáles son las más populares?

En cuanto a cantidad de gente inscrita y participación, lo más popular es la actividad «recreo-residuos cero», donde potenciamos la reducción por encima de todo. Hay muchos alimentos que no necesitan envases, así que, en ese caso, nos saltamos este paso en la cadena de reciclaje puesto que, si no tengo un residuo, no tengo que ocuparme de cómo lo proceso. Con esto trabajamos dos aspectos: la reducción de residuos y la vuelta a hábitos alimenticios saludables, porque coincide que los productos ultraprocesados son los que más embalajes llevan. En cambio, si cambiamos un ultraprocesado por una pieza de fruta, además de no generar envases, le damos a nuestro cuerpo nutrientes necesarios. Basta con lavarla y pelarla. Igual sucede con un bocadillo. Intentamos combatir la bollería industrial, ya que la OMS nos advierte de que la obesidad infantil es ya una epidemia.

Otras actividades como la de movilidad o los eco-comedores las queremos potenciar, pero no es fácil de implantarlas ya que, por ejemplo, la gestión de los comedores no siempre depende de los directores de los centros, sino de las Consejerías de las distintas Comunidades Autónomas.

También estamos fomentando la eco-auditoría, porque creemos que los centros educativos pueden reducir el consumo de energía o de materiales innecesarios. Por ejemplo, ahora se ha prohibido el uso de la purpurina durante las manualidades escolares, porque la purpurina son microplásticos. También se ha desterrado la goma eva, por ser un material contaminante. No todo lo que se usa en las escuelas es inocente, de ahí la importancia de la formación del profesorado.

Es necesario otro tipo de educación en la que la ciudadanía sea consciente del alcance de la crisis ambiental

Arte y conciencia ecológica: El impacto de Teachers for Future

Una de sus actividades vincula el arte como forma de concienciación medioambiental, ¿qué resultado está obteniendo esta práctica?

Dentro del colectivo Teachers for Future hay profesores de todas las disciplinas, áreas y etapas; hemos colaborado con distintas entidades, como la Escuela de Arte y Diseño de Mérida, que nos enseñaron mucho. Comenzamos a tunear obras de arte clásicas para ver cómo serían si tuviéramos en cuenta el cambio climático. Por ejemplo, ahora hemos hecho unos carteles de la Feria de Sevilla en los que se ve a varias sevillanas con máscaras de oxígeno porque el aire es irrespirable. Lleva por título Feria de abril de 2050. Son maneras interesantes de llamar la atención de cómo podría ser el futuro de no tomar medidas.

También tenemos nuestra Revista caminada, que propone pasear por los barrios, por nuestras ciudades, para ver qué dificultades o curiosidades nos encontramos. Merece la pena poner en valor, por ejemplo, algunos edificios, porque es una manera de cuidar lo que tenemos en nuestro entorno y pertenece a todos. Es otra manera de hacer pedagogía. Además, en la revista no solo participan alumnos y profesores, también vecinos.

Implicación de las nuevas generaciones

¿Qué nivel de implicación tienen las nuevas generaciones en este tipo de acciones?

Mucho, un gran nivel de implicación, porque son conscientes de que el futuro que les espera es mucho más complicado. Desde Teachers for Future, además, no fomentamos los concursos individuales, ni las competiciones, tratamos de aplicar siempre la pedagogía de la colaboración, de la cooperación, no fomentamos el individualismo. Inculcamos a nuestros alumnos que nadie es autosuficiente, por eso siempre trabajamos desde el espíritu de colaboración. Para nosotros esto es importantísimo, sobre todo hoy en día, que todo se mueve promoviendo el beneficio personal. Es fundamental trabajar de otra manera. Trabajar en grupo implica respeto al otro, saber que la libertad individual no puede estar por encima del bien del grupo.

Retos y camino hacia una ciudadanía consciente del medio ambiente

Desde su perspectiva, ¿cuáles serían los principales retos en el camino por formar una ciudadanía concienciada con el cuidado del medio ambiente?

¿Cuál sería el camino a seguir? Es muy importante entender que cada uno de nosotros tenemos un consumo y una huella de recursos del planeta en cada acción diaria. Hay que ser consciente de eso, saber si tu huella es positiva o negativa y, si es negativa, que sea lo más pequeña posible. Por otro lado, estamos en una sociedad democrática donde es necesaria la participación ciudadana, bien porque se acuerden cosas de manera conjunta o bien porque reclamemos a los gobernantes que las acciones que realizan o las medidas que aplican no son suficientes. Como ciudadanía tenemos derecho a reclamar, y hay distintas maneras democráticas de hacerlo, desde el voto, cartas a las autoridades, manifestaciones pacíficas… Por último, hay que recuperar la cooperación, vivimos en comunidad, hay que renunciar a esta forma de vida que potencia el individualismo, el aislamiento social. Estamos ante una epidemia de soledades, lo vemos en los estudios: la soledad ya no es una cuestión de la vejez, sino que afecta a los jóvenes, a todos. Hay que recuperar el asociacionismo, la colaboración, pensar en el grupo.

Texto: EPD
Ilustración: Nicolás Aznárez