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Recuperar y proteger al lince, también en los colegios

proteger al lince

Celebrar el Día Mundial de la Vida Silvestre en los centros escolares nos brinda la oportunidad de acercar el incalculable valor de la naturaleza a los más pequeños. En España, uno de los máximos representantes de la belleza salvaje es el lince ibérico, un felino que demasiadas veces ha estado a punto de desaparecer. Te damos las claves para conocer los esfuerzos para su protección y conocer las diferentes especies.

En mayo de 1979 se emitía por primera vez El último lince, un capítulo de El hombre y la Tierra en el que Félix Rodríguez de la Fuente hizo público un secreto a voces: los linces estaban desapareciendo en la península ibérica y es fundamental proteger al lince. Siete años después, la Unión por la Conservación de la Naturaleza (UICN) admitía la mayor: este animal se encontraba en peligro de extinción. Pero las alarmas siguieron sonando durante dieciséis años hasta que, a principios del milenio, su sonido era tan atronador que no se podía ya mirar hacia otro lado. En 2002 la alerta se convirtió en un ahora o nunca: el lince ibérico, oriundo de la península, pasaba a estar en peligro crítico de extinción. Apenas quedaban 90 ejemplares de este increíble felino, y ya no había tiempo que perder. Organizaciones como WWF se volcaron en salvar a un animal que empezó a contar con la protección del Programa de Conservación Ex-situ del Lince Ibérico. Todo ello hizo posible el sueño de Rodríguez de la Fuente: devolverle la vida a una especie bandera que, por su carisma, sirve como símbolo de protección de la naturaleza, sus hábitats y ecosistemas.

Tras más de una década de trabajo intenso, en 2015, el lince dejó de estar en estado crítico. Hoy, un lustro después, se estima que su número asciende a los 900 ejemplares, de los cuales poco más de 700 están en libertad según WWF. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que, como se estima, en 2040 esta especie salga de la lista de peligro de extinción. Conocer al lince y su lucha por la supervivencia es la mejor manera de acercar a los más pequeños.

En 2002 solo quedaban 90 ejemplares de lince ibérico. Ahora, ascienden a los 900.

Dibujando al lince

Nuestro lince autóctono es el ibérico, que podemos encontrar en Andalucía –Parque Nacional de Doñana, Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro, y Sierra de Cazorla–, Castilla-La Mancha –Montes de Toledo–, Extremadura y Portugal –Parque Natural del Valle del Guadiana–. Pero en el resto del hemisferio norte existen otras tres subespecies de este animal: el boreal o eurasiático, el canadiense y el rojo.

A pesar de que tienen sus diferencias, todos ellos coinciden en ser felinos de tamaño medio. Además, las cuatro especies coinciden en tener las orejas largas y un pincel de pelo en la punta, la cola corta, un pelaje moteado, patas fuertes y unas barbas muy llamativas en los laterales de la cara. En lo que se diferencian, en cambio, es en su tamaño y color. El lince eurasiático es el más grande: pesa entre 18 kg y 36 kg, su pelaje es pardo y en invierno se vuelve grisáceo. Por su parte, el ibérico es pardo y pesa entre 10 y 14 kg. De todas las variedades de lince que hay en el mundo, el único en peligro es el que recorre los bosques mediterráneos de nuestra península.

Si los esfuerzos de recuperación se mantienen, en 2040 este animal abandonaría la lista de especies en peligro de extinción

El viaje de vuelta a su hábitat natural

El proceso de recuperación del lince ibérico es lento y complicado, por lo que la paciencia tiene que estar siempre presente. Este año, por ejemplo, se reintroducirán en el medio natural 27 cachorros nacidos en 2020 bajo el control de los conservadores del programa Lynx ex situ.

Pero, para la recuperación de este animal no solo es vital la reintroducción de ejemplares: si no naciesen linces en libertad sería complicado conservar la especie. Por eso, estamos de suerte: el año pasado llegaron al mundo 146 pequeños que hoy campan a sus anchas por el sur de nuestro país.

La escasez de conejos, los atropellos y la caza furtiva son las principales amenazas del lince en nuestro país

Las amenazas para el lince ibérico

El 90% de la dieta de este espectacular felino está formada por conejos, también base de la cadena trófica del monte mediterráneo. Pero WWF alerta: en las últimas décadas, diferentes enfermedades han diezmado la población de este pequeño animal. Como resultado, sus depredadores naturales se encuentran sin alimento, luchando por los pocos ejemplares que quedan. Por eso, la oenegé ecologista tiene en marcha programas de recuperación del conejo y hacen presión para que se tomen medidas más extensas. A pesar de la escasez de comida, la gran amenaza del lince ibérico son los atropellos. Unos pocos puntos negros de las carreteras españolas concentran el mayor número de accidentes con estos animales. Aunque más allá de los peligros del tráfico rodado, la vida de estos felinos pende de un hilo por culpa de la caza furtiva, una triste realidad que sigue existiendo en la península.

Félix Rodríguez de la Fuente nos mostró la realidad de esta especie con El último lince, un episodio de El hombre y la Tierra dedicado al más escaso de nuestros carnívoros

Pero ¿cómo introducir toda esta información en el aula? Territorio Lince emite en directo el día a día de estos animales y WWF ha hecho una selección de sus mejores momentos para descubrir cómo se comportan en libertad. Conocerlos es el primer paso para actuar, porque, como dijo Félix Rodríguez de la Fuente, «juntos formaremos un ejército defensor de los animales salvajes. Nos llamaremos Los Linces en honor al más bonito y escaso de nuestros carnívoros. Seremos guardas de nuestros campos y naturalistas estudiosos de nuestra fauna».

 

 

*Desde Naturaliza os proponemos como recurso didáctico la salida fuera del aula, dirigida a alumnado de 5º de Educación Primaria “El escarabajo pelotero”. A través de dinámicas que podemos desarrollar en el patio de nuestro centro, en un parque cercano o en un entorno natural, os proponemos trabajar la importancia de la conservación de las relaciones entre seres vivos, lo que llamamos protección de la biodiversidad funcional, y las características de las especies paraguas, especies clave y especies bandera (como el caso del lince ibérico), tan importantes para la existencia y sostenibilidad de los ecosistemas.

Referencia: El Gran Observatorio